martes, 29 de octubre de 2024
14:27
Por un violento robo a punta de pistola en Ruta 40 y avenida Benavidez, en Chimbas, y posterior cruce a balazos con policías, un sanjuanino recibió una fuerte condena en juicio de Flagrancia.
Ángelo Cuello cumplirá 8 años de prisión efectiva por el delito de robo agravado, atentado a la autoridad y otros delitos. El hecho ocurrió el pasado 12 de octubre y tras cuarto intermedio, el pasado 25 de octubre, hubo sentencia.
De acuerdo con la información de la U.F.I. de Delitos Especiales, el 12 de octubre, alrededor de las 12:40 hs, la víctima se desplazaba por la calle Lateral Este de Ruta 40 en dirección sur-norte. A unos 150 metros al norte de calle Benavidez, observó a un sujeto de aproximadamente 1,80 mts de altura, con buzo gris y short oscuro, que cruzó la vereda, lo que le pareció extraño, comenzando a correr.
En ese instante, Cuello se acercó a la víctima, extrajo un arma de fuego y le exigió: “Dame todo”. La víctima intentó resistirse, pero Cuello la sujetó del cordel de la riñonera que llevaba en la cintura, continuando con amenazas: “Dame todo o te mato”, mientras la apuntaba con el arma. Tras varios tirones, logró despojarla de la riñonera y huyó hacia el sur, sin causarle lesiones.
La víctima lo persiguió a pie y, al llegar a la intersección con calle Benavidez y Ruta 40, específicamente debajo del puente, el delincuente arrojó la riñonera sobre una camioneta. La víctima lo seguía a unos 10 metros y logró avistar un patrullero que circulaba por calle Benavidez. Comenzó a gritarles y a señalar al sujeto.
El personal policial intentó interceptar al detenido, quien logró evadirlos. El cabo González descendió del vehículo y comenzó una persecución a pie. En ese momento, Cuello le disparó sin impactar. El cabo Molina, que conducía el patrullero, giró el vehículo para continuar la persecución. En tanto, el delincuente ingresó por un pasante que cruzaba el canal Benavidez hacia el Barrio Costa Canal y disparó varias veces contra el personal policial.
La persecución continuó a pie por parte de ambos policías, y Cuello volvió a disparar. Ante el temor por sus vidas, los policías respondieron con varios disparos, sin impactar al detenido. Al llegar a su domicilio, Cuello se dirigió a un dormitorio y se atrincheró. Se inició un forcejeo, durante el cual se le salió la remera y arrojó el arma de fuego al suelo. Tras resistirse con golpes, los policías lograron esposarlo y aprehenderlo, además de secuestrar el arma.