El escenario de la Fiesta del Chivo, que se llevó a cabo el sábado 21 de julio en Valle Fértil, tuvo una infinidad de talentos, pasando por diversos géneros musicales e invitando al baile en más de una oportunidad. Unos de los más convocantes fueron “Las voces de la Cumbre”, tres vallistas que de la mano del corrido mexicano hizo bailar a los presentes, donde una pareja se destacó por las demás por no parar ni un minuto.

Galo, Diego y Natalio Chávez son hermanos y vienen del corazón de las Sierras de Chávez, una de las localidades más icónicas de Valle Fértil. Los tres tienen diversas obligaciones y trabajos. Diego es sereno municipal y empleado de comercio, mientras que Galo se dedica a la albañilería y Natalio es portero de una escuela.

Cuando no están trabajando o con sus familias, los tres hermanos se dedican a hacer música, y a diferencia del folclore, tradicional y de mucha presencia sobre todo en los departamentos alejados, los hermanos Chávez se inclinaron por otro estilo, causando sensación a cada lugar al que van.

El nombre elegido no es una cuestión de azar. Los tres hermanos son oriundos del Puesto de La Cumbre, ubicado en Sierras de Chávez. Allí vivieron gran parte de su infancia y adolescencia, hasta que luego miraron para la villa cabecera del departamento, en busca de oportunidades laborales.

Uno de los sueños de cualquier artista es tener quienes los sigan, disfruten de lo que ofrecen y poder compartir momentos que se vuelven únicos. Afortunadamente Las voces de la Cumbre tienen a sus seguidores que cada vez que coinciden en un mismo lugar, le ponen baile a cada tema que interpretan.

Se trata de Raúl Díaz y María Pereyra, una pareja de vallistos que sin duda tienen el ritmo en la sangre. Raúl es empleado municipal e incluso fue uno de los trabajadores que estuvo detrás del armado del escenario “Lindor Fernández”, la gran explanada con un fondo impresionante dejando ver las maravillas de Valle Fértil.

“Raúl y su esposa son espectaculares. Cuando Tres para el Canto y Las Voces de la Cumbre hacen su música, no descansan. Bailan una tras a otra y se acompañan muy bien”, comenta José González, oriundo de Valle Fértil y un excelente espectador tanto de la banda como de quienes bailaban al ritmo mexicano en el corazón de La Majadita.

En cada rincón, en cada localidad hay sanjuaninos que, por amor, pasión, hobbie, vocación o todas juntas, desplieguen sus talentos para el disfrute de los demás.