Todos los departamentos de San Juan coleccionan historias imperdibles. Valle Fértil no es la excepción. Historiadores locales en distintas publicaciones como también en trabajos que han realizado narran las veces que se intentó fundar lo que hoy los sanjuaninos conocen como uno de los departamentos más verde de la provincia, pero por distintos motivos los actos fundacionales quedaron sin efecto.
La historiadora Elina Nilda Elizondo De Corzo publicó un artículo años atrás señalando que el primer intento de fundación se dio sobre 1600, bajo la Capitanía de Chile. La denominación que recibió fue San Ramón, y ante la rebeldía de los aborígenes que se encontraban en la zona, dos años después quedó sin efecto.
El segundo intento fue al poco tiempo, en Aguango, zona denominada “El Acongo” por parte de los aborígenes. La fundación no prosperó debido a un litigio limítrofe con La Rioja.
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Así fueron pasando los años y los intentos de los colonizadores por fundar la zona quedaban sin efecto, debido a la postura de los aborígenes que residían en la zona, entre los que se encontraban Huarpes, Capayanes, Olongastas y Yacampis.
Durante 1775 hubo una fuerte discordia entre el dueño de la estancia Las Tumanas, José de Villacorta, quien había comprado 318 cuadras a los jesuitas, y el sacerdote de Valle Fértil Francisco Antonio Cano, quien debido a sus acciones era una especie de “protector de los naturales”.
Villacorta se creía dueño de la región, y bajo esa actitud comenzó a erradicar de todas las aguadas a los aborígenes que allí vivían, dejándolos sin tierra ni sembrados. Enterado de esta situación, el sacerdote escribió cartas al Corregidor de Cuyo y a las autoridades de la Junta de Poblaciones de Chile, informando de la situación al gobernador Agustín de Jáuregui y pidiendo se formalice la fundación de una villa para organizar la población.
En abril de 1776, la Junta de Poblaciones de Chile ordenó que se procediera a la fundación de una villa bajo el nombre del gobernador. Se llamaría “San Agustín de Jáuregui” y tendría un trazado especial para evitar conflictos, siendo una villa bipartita.
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Con la creación del Virreinato del Río de la Plata, la orden de la Capitanía de Chile quedó sin efecto, viendo frustrado un nuevo intento de fundación en la zona.
Pasó alrededor de una década, Cuyo pertenecía a la Intendencia de Córdoba del Tucumán y fue el gobernador Marques Rafael de Sobremonte quien en 1786 visitó el valle y se interiorizó de las fundaciones que no habían prosperado, como también de las riquezas que presentaba la zona.
Tomando el guante, ordenó a Pedro Pablo de Quiroga, quien era Superintendente de Jáchal, que se dirigiera hasta la zona y fundara una villa cabecera, bajo las especificaciones que se habían dado cuando el lugar dependía de la Capitanía de Chile.
La historia tiene su broche de oro finalmente el 4 de abril de 1788, cuando Quiroga llegó junto a más de un centenar de hombres al departamento y fundó la Villa de San Agustín de Jáuregui. Lo único que no se respetó del trazado original fue la fundación bipartita, ya que quedaban pocos aborígenes en la zona, que fueron dispuestos en las cercanías de la iglesia para su evangelización.
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Pese a la resistencia y tenacidad de los aborígenes que durante cientos de años habían ocupado las tierras que hoy forman uno de los departamentos más atractivos que tiene la provincia, no pudieron contra el avance de los conquistadores. Los pocos que se quedaron cuidando las riquezas de sus tierras fueron evangelizados, y mestizados. Aun así, sus herederos mantienen vivas costumbres y creencias que trascienden generaciones.
